Las Americas. Siglo XVI : Desembarcamiento
Habeis abandonado a España hace ya quatro meses, embarcando a bordo de la "Juanita", una
caravela de 100 toneladas con 85 hombres de equipages, la mayoria esperando descubrir a una vida
menos peor de que la que conocen sobre el continente. Las leyendas de ciudades perdidas en la selva
han recorrido el paìs, despertando a los
aventureros como un tà l Pizarro. Usted tambièn ha oido, oido hablar de montones de riquezas que no
hay mas que agacharse para recojerlas. Por eso, habeis decidido iros de Estremadura, par llegar a Sevilla.
A esa epoca, todo los navios hacia o en procedencia de las Americas tenian que pasar por Sevilla,
en el estuario del Guadalquivir.
Cuando usted ha llegado en Sevilla, se ha dirigido hacia el puerto. Habeis buscado a un barco que se iba
a las Indias. Os habeis inscrito a bordo de la "Juanita", maneada por el capità n Esteban Balboa,
un viejo lobo marinero, de la nobleza madrilena.
No ha habido problemas durante el viaje. Despues de dos meses sin ver a la tierra, el primer
paro fue a La Navidad, donde fue fundada cincuenta años mas pronto la primera casa del imperio
colonial por Cristobal Colon. Acabais de llegar en Cuba.
¡ Al fin !¡ Tierra firme ! En el cielo, las gaviotas, por el ruido que hacen, son los
primeros personages que os desean la bienvenida. Los navios estan alineandos perfectamente.
El aire esta impregnado de los mil olores del puerto : pez, cocina, bodega. El calor accentua
ademàs todavia ese perfume. Algo os agradece, es que no soys solo : los colonos han venido a
ver al nuevo barco y su mercancia. Es siempre un espectaculo a lo que se trae de nuevo.
A vece se les ve a unas enaguas atractivas. Aunque hoy, no hubo màs que marineros de la peor
especie : los aventureros, que no soñan mas que de oro...
Vuestra visita empieza. Al lado de usted, lo que se parece a una taberna. El interior, obscuro,
os impide distinguir algo. En frente, la calle sube hacia el centro. A la izquierda y a la derecha
continua el muelle.
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